El jamón ibérico, uno de los productos más deseados de nuestra gastronomía
Hablar del jamón ibérico es hacerlo de uno de los productos gastronómicos más populares y deseados por el consumidor. No en vano, se trata de un producto aclamado dentro y fuera de nuestras fronteras; uno de los grandes exponentes de la “marca España” alrededor del mundo. Basta con ver las cifras de exportaciones de jamón ibérico a países como China, donde un jamón ibérico de primer nivel (Denominación de Origen) puede alcanzar un precio de más de 3.000 euros, para una pieza aproximada de 7 kilos.
Aunque el mayor número de piezas se exporta dentro de la Unión Europea (siendo Francia el principal cliente con un 20% del total de las exportaciones), en los últimos años se ha superado la impresionante cifra de 100 países que reciben nuestros productos ibéricos. Sin duda un impulso importante para nuestra industria alimentaria, y por ende, para nuestra economía.
Aunque en numerosos mercados internacionales el jamón aún es comercializado bajo el nombre de “prosciutto”, el conocimiento del consumidor va en aumento, y cada vez cuenta con un gusto más selecto. Lo que sin duda favorece a nuestros productores, los cuales deben de competir con productores de otros países con su principal arma, la calidad. Y es que el esfuerzo que han realizado los empresarios del sector en España durante los últimos 30 años han transformado un producto casi desconocido fuera de nuestras fronteras en uno de los principales exponentes de nuestra economía fuera de nuestras fronteras. No hay que olvidar que la exportación conlleva una serie de trabas burocráticas muy importantes y que no suelen ser fáciles de superar.
Otro de los aspectos que ha favorecido la expansión del jamón ibérico es la confirmación de sus propiedades nutricionales. Hay que incidir en que a pesar de lo que tradicionalmente se ha creído, el jamón ibérico es un alimento bajo en calorías (aproximadamente 130 kcal por una ración de 50 gramos), pero que a cambio cuenta con un importante aporte proteico (superior incluso al de las carnes frescas). Además se trata de un producto de elaboración, curado y conservación totalmente artesanal, por lo que no es necesario el empleo de ningún tipo de conservante. Y por si fuera poco, tiene propiedades antioxidantes, favorece la producción del “colesterol bueno” (reduciendo a a la vez el “malo”), es rico en vitaminas B y E, y en minerales (muy especialmente en magnesio). No se puede pedir más.
Aunque si queremos aprovechar todas sus propiedades es mejor consumir el jamón tal cual, son muchos los platos de la famosa Dieta Mediterránea que pueden incorporar una cierta cantidad de jamón, especialmente indicado en combinación con verduras como por ejemplo los espárragos trigueros o las habas. De este modo estaremos consumiendo un plato muy saludable y a la vez delicioso.
Como se puede ver en este post la popularidad del jamón no es un hecho casual. Simplemente hay que aprovechar los productos que nuestra gastronomía nos ofrece, algo de lo que ya se han dado cuenta fuera de nuestras fronteras y de lo que tenemos que estar muy orgullosos. Nosotros lo tenemos muy fácil, sólo tenemos que visitar nuestra tienda de confianza.