Bocadillos de embutido, la merienda perfecta
Bollería industrial VS Bocadillo de jamón de bellota
Desgraciadamente cada vez son más los padres que por descuido o por comodidad les dan a sus hijos bollería industrial para sus meriendas. A modo de capricho ocasional no está mal, pero convertirlo en hábito puede ser altamente peligroso para el desarrollo y la salud de sus hijos.
Resulta fundamental que los niños realicen cinco comidas al día, entre las que no deberían faltar una merienda a media mañana (generalmente coincidiendo con el recreo del colegio) y la merienda a media tarde (preferiblemente entre las 5 y las 6, siempre en función de la hora del almuerzo y de la cena). A medida que nos hacemos mayores vamos perdiendo el habito de las meriendas, aunque la recomendación de las cinco comidas debería ser respetada en todas las edades. Lo dicen los médicos, hay que reducir las cantidades, y aumentar el número de ingestas.
Los niños necesitan energía para afrontar no solo las clases, sino también las horas de juego, que generalmente suelen ser bastante intensas. Para ello, la mejor opción ha sido siempre (y será) el bocadillo. Tan sencillo como coger un trozo de barra de pan o un bollo, y lo rellenarlo de los que más te guste. Las posibilidades son casi infinitas.
En contra de la tradicional creencia de que los embutidos no son saludables, se ha demostrado que tienen un aporte nutricional elevado y que resulta fundamental para el desarrollo de todo niño. Sin ir más lejos, el salchichón y el chorizo son embutidos con un aporte de colesterol malo mucho menor de lo que imaginas, y además supone un gran aporte de colesterol bueno, fundamental para que nuestro organismo funcione correctamente. Además, si se trata de productos curados, las grasas presentes serán en su mayoría insaturadas, por lo que no son perjudiciales en ningún sentido. Por si fuera poco, los embutidos cuentan con un elevado aporte proteico (fundamental para el desarrollo de los tejidos musculares, especialmente en edad infantil), son ricos en minerales (especialmente en fósforo) y vitaminas B y E. Todo esto contribuye al crecimiento fuerte y sano de nuestros hijos. Por lo tanto, no hay excusas para no darles a nuestro hijos bocadillos de embutidos en las meriendas. Y si te parece poco, por que no pruebas poniendo en el pan unas lonchas de un buen jamón de bellota; seguro que les encantará y los beneficios para sus salud se incrementan aún más.
Evita siempre que puedas la bollería industrial en las meriendas. Al poseer “grasas trans” son más perjudiciales para nuestro organismo incluso que la grasas saturadas. Si queremos que nuestros hijos crezcan fuertes y sanos, y evitarles enfermedades sobrevenidas por una mala alimentación, siempre es mejor darles un buen bocadillo de embutido. Y para que sea perfecto, acompáñalo de algún lácteo y fruta. Así la alimentación será rica y variada, con todos los nutrientes que nuestros hijos necesitan en su día a día.
No lo dudes, y dales a tus hijos un buen bocadillo de embutido ibérico loncheado o de jamón de bellota. Seguro que lo agradecerán.